Equivalente a ‘sin clasificar’. Parte del caos, pues; pero algún sentido tendrá el impulso que llevó a escribirla.

¿Por qué leer filosofía, hoy?

160307 Blog

Inspirada por John Maeda

Leo en The Long+Short, la nueva revista de Nesta, una entrevista con Alec Ross, un ex-asesor de Obama y de Hillary Clinton en materia de tecnología e innovación. Frente a tanta propaganda tecnológica por parte de los ilustrados-TIC, encuentro interesante su punto de vista sobre los contenidos deseables en la educación:

«In terms of preparing our children for tomorrow’s world, more than anything else I advocate for interdisciplinary learning […] I counsel making sure that students blend the humanities with those things that are scientific and technological […] It’s the combination of domains in the humanities like economics and behavioural psychology in combination with things technical and scientific that will shape the industries of the future.«

Y añade:

«Those things that make us most distinctly human – our emotional intelligence, our creativity and persuasive communication – these are the kinds of attributes that will be all the more necessary in the industries of the future.«

Creo que vale la pena profundizar en cuáles son esas cosas que nos distinguen como humanos. Para defendernos de quienes se esfuerzan en hacer avanzar a los ordenadores para volver obsoletas a más personas, a la vez que, como denunciaba Jaron Lanier, hacen parecer obsoletas a las personas para que los ordenadores parezcan más avanzados».

Por eso, esos días de vacaciones, leo filosofía y recopilo notas que incorporar a mi archivo de lecturas. Filosofía reciente, como la de Marina Garcés, Markus Gabriel, Josep María Esquirol, Emilio Lledó, Juan Arnau (y los que gustéis recomendarme).  Feliz Pascua!

NOTA al PIE:

Uso el término “ilustrados” por referencia a la época histórica de la “Ilustración“, pero también al “despotismo ilustrado “, del “todo por el pueblo, pero sin el pueblo“.

Algunos de los “evangelistas” tecnológicos, siendo un colectivo minoritario, se expresan con argumentos y formas que recuerdan a las de déspotas ilustrados. Convendría, creo, ponerles un contrapeso.

Cuando la voluntad de control añade caos

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Portada El País 17/3/2016

Las noticias de hoy sobre Podemos me llevan de vuelta a una entrada anterior y a repasar mis notas sobre liderazgo de las publicaciones de Margaret Wheatley.

Cito una:

«Cuando nosotros, como líderes, tratamos de dirigir y controlar a las gentes de nuestras organizaciones, negamos el reconocimiento a la fuerzas imparables de la vida.«

Una segunda:

«La única consecuencia predecible cuando los líderes intentan recuperar el control de una situación compleja, incluso caótica, es crear más caos.«

Pasar de activista a líder no es fácil. Tampoco lo es, desde luego, llegar a ser líderes, se venga de donde se venga. Tomo prestadas palabras de Warren Bennis:

«El proceso de llegar a ser un líder es muy parecido al de llegar a ser una persona completa.«

De eso se trata, probablemente.

Responsabilidad social, ¿también para los emprendedores?

160307 BlogCopio extractos de un artículo sobre una «Economía poco colaborativa» en El País Negocios. Empieza manifestando que «la promesa de la economía colaborativa es de una belleza irrenunciable«, pero:

«Si hiciéramos una transición masiva desde nuestra economía de mercado hacia ese modelo alternativo se vaciarían de ingresos los sistemas de bienestar y se desmoronaría todo el aparato de derechos basados en las aportaciones colectivas.«

Por si fuera poco, los posibles ‘daños colaterales’ no se limitan a los impuestos. Porque,

«Pese al bello eco de esta idea, la vida no será como la carrera de Alicia en el país de las maravillas: donde había premio para todos. La economía colaborativa esconde una bomba de relojería. Esta propuesta ocupa cada vez a más personas con empleo a tiempo parcial que carecen de los beneficios sociales de un trabajador a jornada completa.«

Más nos vale estar atentos. A los emprendedores disruptivos les encanta la idea de ‘romper cosas‘. En una carta a sus futuros accionistas, antes de su salida a Bolsa, Mark Zuckerberg escribía que:

We have a saying: “Move fast and break things.” The idea is that if you never break anything, you’re probably not moving fast enough.’

Nada que oponer a la disrupción mientras se limite a los mercados. Por contra, la innovación social no debería ser disruptiva, sino inclusiva. Es cierto que por lo menos de momento, las Administraciones no saben cómo reaccionar a ese nuevo fenómeno, que, según el articulista de El País,  ven como «un mundo que se les escapa como el viento en un paisaje«:

Que esta propuesta sea positiva o negativa para el Estado de bienestar depende de cómo el derecho sepa canalizar sus ventajas y minimizar sus inconvenientes. […] aquí no funciona ni prohibir ni desregular y el legislador parece jugar a perseguir los cambios y llegar siempre tarde.

Los abogados de la disrupción a toda costa tienen razón en observar que la tecnología cambia a un ritmo exponencial, hoy mucho más rápido que el de la gobernanza. Pero no corresponde sólo a la tecnología marcar el ritmo del cambio.

Parece evidente que sufrimos un déficit de liderazgo entre los que gobiernan o quieren gobernar los asuntos públicos. Habrá que reconstruirlo, incluyendo también la gobernanza de la tecnología y sus efectos colaterales. Joan Manuel Serrat manifestaba hace años tener ‘algo personal‘ con tipos que  «juegan con cosas que no tienen repuesto«. Los emprendedores disruptivos con sudadera y zapatillas no había nacido todavía, pero me tienta aplicarles el cuento. Sobre todo si me fijo en quiénes les respaldan.

 

Bienvenid@s

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Si habéis llegado aquí desde mi blog anterior,

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La vida avanza en ciclos. Algunos nos renovamos (así lo queremos o lo queremos creer) de una a otra etapa. Ésta coincide con el impulso que estamos intentando dar a Coperfield (junto con David Cortés, Xavier Jané y otros). Mi intención es que éste sea un espacio caórdico: caótico en la superficie y ordenado en el fondo.

Ordenado, ¿cómo? Ya lo veremos. Ayudar a ello es precisamente el objetivo de escribir.