Un adjetivo para los 65: ¿Viejo o mayor?

Según Nature, este año los mayores de 65 años, por primera vez en la historia, seremos más que los menores de 5 años. Las consecuencias y acciones al respecto son aún objeto de debate.

Al haber cumplido los 65, me encuentro reflexionando sobre mi edad, las consecuencias de mi edad y sobre que correspondería hacer al respecto. Sobre cómo me veo y cómo me ven. Sobre acciones y omisiones, lo vivido y lo que todavía me reste por vivir.

Sea como fuere, el tiempo que me queda por delante se está convirtiendo rápidamente en un recurso escaso. ¿A qué dedicarlo? ¿Con qué prioridades? Depende del punto de vista.

¿Cómo vemos hoy una persona de 65? ¿Diríamos que es «vieja»? ¿O quizá «anciana»? ¿O tal vez que es una «persona mayor»? Si alguien a esta edad cuelga su perfil en una de esas plataformas de empleo, ¿recibiría alguna oferta de trabajo?

Las palabras tienen poder. El nombre hace la cosa. El calificativo que apliquemos a esa persona condiciona, seguro, lo que pensamos y esperamos de ella. También lo hará el calificativo que ella misma se aplique.

Ejercicio: Apuntad sin pensar en un papel las cinco palabras que os vienen primero a la mente asociadas a «viejo«; o a «anciano«; o a «persona mayor«. Seguro que los resultados serán distintos. Repetid el experimento con personas próximas. Me complacerá que alguien me haga llegar sus listas.

Entretanto, aún asumiendo el riesgo de que ya sea tarde, medito la sentencia de Sócrates: «Una vida sin examen no merece la pena ser vivida«.

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