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El móvil es un arma de invasión masiva

Nuestro tiempo en Internet

La prestigiada Mary Meeker presentó hace poco su informe anual, un documento completísimo (más de 350 páginas) sobre el estado de Internet y tendencias de futuro. Incluyendo, por supuesto, datos sobre la penetración de Internet y del móvil.

Como muestra el gráfico, en menos de 10 años:

  • El tiempo medio que un usuario pasa en contacto con medios digitales se ha doblado.
  • El crecimiento corresponde en su totalidad al uso del móvil.

Se trata de una información que admite como mínimo dos lecturas:

  • Hay una oportunidad (que algunos ya están aprovechando) para desviar hacia el móvil parte de los presupuestos de publicidad que todavía van a otros soportes. De hecho, como se muestra en el informe, el porcentaje de publicidad dedicado al móvil es proporcionalmente inferior a su potencial de exposición a los usuarios.
  • El usuario medio dedica tres diarias horas más que hace una década a estar atento a algo que reclama su atención desde fuera, sobre algo por lo general fuera de su control. Lo que significa que dedica tres horas diarias menos a otros objetivos.

El primer punto de vista apunta a una oportunidad. El segundo, a una amenaza, que comentaban así desde El País:

«Vamos por la vida con un arma de distracción masiva en el bolsillo, con toda una serie de aplicaciones que reclaman atención con homologables grados de urgencia […] Domesticar esa arma de distracción masiva que reclama atención sonando, silbando, vibrando, parpadeando no es cosa fácil.»

La amenaza de esta distracción persistente es socavar nuestra capacidad de concentración, de prestar una atención concentrada a lo que voluntariamente decidamos. Se trata de una amenaza, porque la atención dividida no existe; no podemos prestar atención consciente a dos cosas a la vez. Y necesitamos de la atención:

  • Para pensar bien,
  • Para aprender,
  • Para distinguir entre lo urgente y lo importante y obrar en consecuencia,
  • Para habilitar nuestra creatividad.

Nuestra atención construye nuestra conciencia

Mihály Csíkszentmihály, un psicólogo reconocido internacionalmente por destacado por sus trabajo acerca de la felicidad, la creatividad y el bienestar subjetivo, escribe en Flow acerca de la atención, a la que califica como energía psíquica:

«La seña de identidad de una persona que está en control de la conciencia es la capacidad de enfocar la atención a voluntad, de ser ajeno a las distracciones […] La forma y el contenido de la vida dependen de cómo se ha utilizado la atención […] Cada persona asigna su atención limitada o bien enfocándola intencionadamente como un haz de energía, o bien disgregándola en movimientos aleatorios e inconexos […] Nos creamos a nosotros mismos según la forma en que invertimos esta energía.«

Esta amenaza sobre la atención no es casual, sino deliberada. Su responsable no es el móvil, sino los diseñadores y desarrolladores de contenidos online, y los capitales que los financian. Saben qué resortes manejar para reclamar nuestra atención y cómo utilizarlos.

Se trata pues de un asalto en toda regla, de una invasión masiva sobre nuestra conciencia, que se construye en función de cómo gestionamos nuestra capacidad de atención. Hay quien propone observar el mundo como un océano de fuerzas de voluntad. Propongo prestar atención al origen y la intención de esas fuerzas que amenazan nuestra atención y, por tanto, nuestra conciencia. No podemos controlar esa invasión, pero sí decidir cómo reaccionamos ante ella.

Propuesta: Un experimento en dos fases.

  1. Apaga tu móvil (¿cuándo fue la última vez que lo hiciste?) y déjalo en algún lugar fuera de tu alcance. Busca un lugar tranquilo e intenta pensar concentradamente durante 5 minutos en un objeto simple, como tu bolígrafo. Es muy posible que te cuesta mantener tu atención concentrada y deliberada sobre algo que tú decides. ¿Qué concluyes al respecto?
  2. Repite la experiencia teniendo ahora cerca tu móvil encendido. ¿En qué se diferencia esta experiencia de la anterior? ¿Qué concluyes al respecto?

 

Con mi móvil no hago lo que quiero, sino también lo que aborrezco

Imagen: fragmento de una diapo de Gerd Leonhardt

Un manifiesto anti-móvil publicado en Quartz (en plena semana del Mobile World Congress) me lleva hasta un estudio del siempre fiable Pew Research Center sobre el uso de los móviles. Sigue un extracto de las conclusiones:

«Los estadounidenses consideran que los teléfonos celulares distraen y molestan cuando se usan en entornos sociales, pero al mismo tiempo, muchos usan sus propios dispositivos durante los encuentros en grupo […] El 82% de los adultos dicen que cuando las personas usan sus teléfonos en estos entornos la conversación queda perjudicada. [Así y todo], el 89% de los propietarios de teléfonos móviles dicen que usaron su teléfono durante la reunión social más reciente a la que asistieron. […] A pesar de este sentimiento generalizado de que el uso de teléfonos móviles durante las reuniones sociales puede ser más un obstáculo que una ayuda, casi todo el mundo usa su móvil durante estas reuniones y observa que los otros miembros de sus grupos sociales hace lo mismo.»

Por pura serendipia, la lectura de uno de los libros que intento digerir en paralelo me conduce hasta un fragmento de la carta de San Pablo a los Romanos:

«Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.» (7:19-24)

En la tradición cristiana, el demonio es el vehículo del mal, el que moviliza el lado oscuro (el doble) en el alma humana, el que genera las tentaciones del ‘hago lo que no quiero’ a que se refiere San Pablo. En las situaciones concretas a las que se refiere el informe de Pew, el móvil sería entonces uno más de los instrumentos de esa fuerza oscura.

Otra vez por pura serendipia, en una conferencia esta semana en the ‘House of Beautiful Business‘ el autoproclamado futurista Gerd Leonhardt puso en pantalla la imagen de que encabeza esta entrada.

Que cada cual, por supuesto, saque sus propias conclusiones.

Facebook y las ranas que se dejan hervir

Infographic: Facebook's Growth Is Fueled by Mobile Ads | Statista

Todos conocéis la historia. Dicen que si se deja caer una rana en un cazo de agua hirviendo, reaccionará saltando fuera. Pero si se aumenta poco a poco la temperatura del agua, se irá acomodando y acabará hervida.

No creo necesario explicar por qué el anuncio de que cómo el móvil se ha convertido en el vehículo dominante de los ingresos de Facebook me ha traído esta historia a la conciencia.

Infografía: Statista