Entradas

No son las máquinas quienes amenazan los trabajos

Perico Robots bailando

Me honra que eldiario.es publique en abierto unas reflexiones sobre la relación entre hombres, máquinas y trabajo que escribí en su momento para Alternativas Económicas (una revista de la que soy socio cooperativista). Reproduzco el principio:

«Se puede predecir con toda seguridad que las nuevas tecnologías (robots, drones y artefactos guiados por la mal llamada inteligencia artificial) no eliminarán ni un solo puesto de trabajo, ni a corto ni a medio plazo. Y, al mismo tiempo, pronosticar que el uso que se hará de esas tecnologías cambiará el mundo del trabajo de forma radical eliminando puestos de trabajo a corto plazo; también creando nuevas profesiones y empleos, pero tal vez ni en la misma cantidad ni al mismo ritmo.

No es una contradicción, porque no son las pistolas las que matan, sino los pistoleros. Ni los pinceles los que pintan, sino los pintores.»

Hacen ya, y más falta harán, nuevas formas de gobernanza de la evolución tecnológica. Con los pistoleros y con los ilustrados-TIC que les apoyan nos las tendremos que ver.

P.S: El gran Perico Pastor firma la ilustración que acompaña esta entrada.

 

 

Muchos adictos consideran que la adicción es ‘normal’

160525 Blog¿Crean los móviles adicción? Constato que no hay una opinión unánime. Veamos unas cuantas.

Escribiendo sobre el anuncio de los últimos resultados de Facebook, leo en The New York Times («How You’re Making Facebook a Money Machine«) :

«Vuestra adicción está haciendo que Facebook sea sorprendentemente rentable.«

Según un estudio reciente de Common Sense Technology, una organización dedicada a aconsejar a familias acerca del uso de las nuevas tecnologías,

«La mitad de los adolescentes en los EEUU se consideran adictos a sus teléfonos móviles […] La mayoría de los padres están de acuerdo, y el 59% de los encuestados dicen que sus hijos de entre los 12 y los 18 años no pueden dejar sus móviles.»

Más aún. Según un reportaje del Washington Post («This dark side of the Internet is costing young people their jobs and social lives«) sobre reSTART, un centro de rehabilitación cerca de Seattle,

«Un número creciente de padres y expertos dicen que la adicción a las pantallas se está convirtiendo en un problema serio para muchos jóvenes, a los que lleva al abandono escolar, a distanciarse de sus famillias y amigos y a quejarse de ansiedad profunda […] Según los expertos, los que dicen sufrir de adicción a Internet comparten muchos síntomas de otros tipos de adictos, incluso en los compuestos químicos que se liberan en el cerebro […] Se retiran a rincones de Internet en los que puedan encontrar un éxito rápido.»

En algunos países, como Corea del Sur o China, la adicción tecnológica es una condición clínica reconocida, pero no todavía en los EEUU, por la dificultad de definir la naturaleza de la adicción. Si una persona es adicta a la pornografía o al juego online, por ejemplo, ¿se trata de un desorden sexual o una ludopatía que se expresa a través de Internet? ¿O bien se trata de variantes de la adicción a Internet?

 

 

 

Dicen quienes de ello saben que «No vemos las cosas como son; la vemos según somos.» Una cita que viene a cuento de una cole

La privacidad ha de estar fuera del mercado

160404 Blog

Me inquietó hace unas semanas el titular y el contenido de uno de nuestros más ilustres ilustrados-TIC: «Privacidad vs. control: gana el mercado«. Su tesis es que:

«La tecnología ha dado lugar a un escenario en el que, entre el supuesto papel del Estado como regulador y el poder del mercado, este último tiene siempre todas las de ganar.«

Una opinión, aunque se presente como un dogma, preocupante y censurable.

De entrada, porque (no nos cansaremos de repetirlo) la tecnología no ha dado ni dará lugar a ningún escenario. Quien lo hace es la gente que genera, promueve, apoya un cierto modo de despliegue de la tecnología. Hay que ir más allá de las apariencias y los eslógans. «Cherchez la famme.» «Follow the money.»

«Lo que la filosofía puede hacer es decirnos cómo funciona la ideología […] Hacer visibles procesos de pensamiento que de lo contrario serían invisibles.»

Entrevista a Markus Gabriel en Ara (3/4/2016).

También porque las posturas de ese tipo no son conclusiones que se deriven de los hechos, sino consecuencias de una postura ideológica ‘a priori’, según la cual convendría (a algunos) que la mano invisible del mercado sustituyera cuanto más mejor a la dinámica de la política. Cito a Milton Friedman (citado a su vez en la Sociofobia de César Rendueles):

«Cuanto más amplio sea el número de actividades cubiertas por el mercado, menor será el número de cuestiones en las que se requieren decisiones expresamente políticas y, por tanto, en las que es necesario alcanzar un acuerdo.»

La historia muestra que el mercado es un ente artificial, que al ser creado ‘ex-profeso‘ reeemplazó otras prácticas explícitas de organización y gestión de las sociedades. El capitalismo de mercado se conformó abarcando inicialmente tres ‘bienes falsos‘: la tierra, el trabajo y el dinero. En un régimen de mercado, la tierra dejó de ser de quien la trabaja; la vivienda o el trabajo dejaron en la práctica de ser derechos de hecho; el dinero se ha convertido, más que un instrumento para engrasar la economía, en un objetivo abstracto de quienes lo acumulan y exigen su rédito. Los derechos de ‘los mercados‘ acaban prevaleciendo sobre los de la  sociedad y las personas, sin que nadie se haga responsable de los ‘fallos del mercado‘ cuando éstos se hacen evidentes. Lo cual acostumbra a ser después de que algunos se hagan ricos aprovechándolos.

Precisamente por eso los capitalistas más voraces, hoy en el ámbito de los disruptores digitales, se esfuerzan sin descanso en ampliar el catálogo de bienes sometidos al régimen de mercado. Por eso su empeño, apoyado acrítica o interesadamente por los ilustrados-TIC, en que nuestra privacidad pase a ser, despersonalizándola, un artículo más de su catálogo. 

«While industrial-age processes simply removed human beings from the equation, these digital processes seek to simulate humanity through artificial social media.»

Douglas Rushkoff, «Throwing Rock’s at Google´s Bus«.

Puedo entender que haya quien, frente a la inepcia de tantos gobernantes en poner coto a la voracidad de los mercados, incluyendo a los digitales, considere que el mercado resulte una opción menos mala que una regulación defectuosa o ineficiente. Pero nos queda una tercera alternativa, la gestión común de los commons, estudiada, descrita y prescrita por la escuela de Elinor Ostrom.

Seamos, sin embargo, conscientes de una dificultad. Crear instituciones de gestión de los commons para proteger (y más aún sustraer) algo de la expansión de los mercados extractivos requiere una visión maximalista de la innovación social. Nadie puede hacerlo solo. Queda mucho por pensar, escribir, actuar.

¿Por qué leer filosofía, hoy?

160307 Blog

Inspirada por John Maeda

Leo en The Long+Short, la nueva revista de Nesta, una entrevista con Alec Ross, un ex-asesor de Obama y de Hillary Clinton en materia de tecnología e innovación. Frente a tanta propaganda tecnológica por parte de los ilustrados-TIC, encuentro interesante su punto de vista sobre los contenidos deseables en la educación:

«In terms of preparing our children for tomorrow’s world, more than anything else I advocate for interdisciplinary learning […] I counsel making sure that students blend the humanities with those things that are scientific and technological […] It’s the combination of domains in the humanities like economics and behavioural psychology in combination with things technical and scientific that will shape the industries of the future.«

Y añade:

«Those things that make us most distinctly human – our emotional intelligence, our creativity and persuasive communication – these are the kinds of attributes that will be all the more necessary in the industries of the future.«

Creo que vale la pena profundizar en cuáles son esas cosas que nos distinguen como humanos. Para defendernos de quienes se esfuerzan en hacer avanzar a los ordenadores para volver obsoletas a más personas, a la vez que, como denunciaba Jaron Lanier, hacen parecer obsoletas a las personas para que los ordenadores parezcan más avanzados».

Por eso, esos días de vacaciones, leo filosofía y recopilo notas que incorporar a mi archivo de lecturas. Filosofía reciente, como la de Marina Garcés, Markus Gabriel, Josep María Esquirol, Emilio Lledó, Juan Arnau (y los que gustéis recomendarme).  Feliz Pascua!

NOTA al PIE:

Uso el término “ilustrados” por referencia a la época histórica de la “Ilustración“, pero también al “despotismo ilustrado “, del “todo por el pueblo, pero sin el pueblo“.

Algunos de los “evangelistas” tecnológicos, siendo un colectivo minoritario, se expresan con argumentos y formas que recuerdan a las de déspotas ilustrados. Convendría, creo, ponerles un contrapeso.

La tecnología hace cada vez más necesaria la filosofía

160128 Blog

Detecto (no debo ser el único) un constante flujo creciente de noticias sobre los avances en robótica y en variantes de la inteligencia artificial. Muchas de ellas en la línea de destacar (y a menudo celebrar) la superioridad de las máquinas sobre los humanos.

Se nos informa, por ejemplo, de que los ingenieros de Google han conseguido programar una máquina que juega al Go a nivel más alto. Al informar sobre ello, el editor escribe que:

Aunque el logro técnico era digno de celebrarse, uno no podía evitar el consolar al pobre ser humano que estaba siendo superado.«

Roto 151228

Una frase como mínimo desafortunada, además de condescendiente. En línea con la tendencia, denunciada hace ya un tiempo por Jaron Lanier de ‘presentar a la gente como obsoleta para que los ordenadores parezcan más avanzados‘. Porque, aunque no tengo el gusto de conocerle, apuesto a que el campeón de Go que perdió cinco partidas consecutivas contra el ordenador de Google le da ciento y raya en varios centenares de conocimientos, capacidades, habilidades, relaciones y actividades disfrutables en las que ese ordenador en particular no tiene la más mínima capacidad de competir. Suponiendo, además, de que lo importante sea competir.

En un contexto menos sofisticado, uno de nuestros ilustres ilustrados-TIC inicia así una entrada en su blog:

«En una prueba más de la superioridad de la máquina sobre el hombre, Uber … «

No se trata de desliz, sino de un reflejo de su ideología, como prueba el párrafo final:

«Hasta aquí hemos llegado con la relatividad de las percepciones humanas. A partir de ahora, y mientras estemos aún obligados a que sea un imperfecto humano quien conduzca, dame lecturas de los sensores de una máquina. La tecnología siempre tiene la respuesta correcta.«

Lo que caracteriza a las ideologías, y a los sofistas que las proclaman, es que sus supuestos de base permanecen casi siempre ocultos. Y no por casualidad, sino porque las ideologías, incluso la tecnocrática que se está convirtiendo en dominante, sirven a intereses por lo general no generales (viñeta de El Roto en El País de 28/12/2015). Creo detectar dos de estos supuestos implícitos en la entrada de nuestro ilustrado-TIC:

  1. Que todo lo que se puede percibir se puede digitalizar.
  2. Que sea cual sea la pregunta, la tecnología (o quizá la ciencia) es la respuesta.

Creo que ambas son demostrablemente erróneas. Y a la vez un síntoma de la necesidad (urgente, porque los sofistan empujan), de retomar la filosofía. Porque:

«La misión de la filosofía es evitar el reduccionismo.»

J. M. Esquirol, «La resistencia íntima«.

y también

«Nada es únicamente como lo percibimos, sino infinitamente más.«

Markus Gabriel, «Por qué el mundo no existe«.

Tanto la ciencia como la filosofía enseñan (a quien quiera aprenderlo) la importancia de plantear las preguntas correctas. Las respuestas sólo son buenas en tanto que se refieren a buenas preguntas, y las que los tecnócratas se hacen no siempre lo son. Al arte y a la filosofía (los filósofos son artistas del lenguaje) corresponde hacerlas. Y al diseño crear buenas soluciones. Y al liderazgo conseguir ponerlas en práctica. Será cada vez más importante poner a cada cual en su sitio.

Crédito: Imagen adaptada de una conferencia de John Maeda.