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Tomemos conciencia de cómo y cuándo nos manipulan

Fuente: http://www.newyorker.com/cartoon/a20720

El rescate a los bancos no debía haber costado un euro a los españoles. Pero, según el «Informe sobre la crisis financiera y bancaria en España, 2008-2014«, el sector bancario habrá recibido finalmente ayudas (no recuperables) por un total de casi 60.000.000.000 euros desde 2009. (Lo cual me ha llevado a recordar esta viñeta del New Yorker sobre los hechos alternativos.

Una hipótesis al respecto es que los economistas son notoriamente malos haciendo previsiones. Otra, no necesariamente alternativa, es que los políticos que anunciaron esas previsiones nos engañaron.

Sea lo que fuere, lo cierto es que el informe del Banco de España, una institución que es de suponer surtida de economistas, ha recibido críticas unánimes. Para el editorial de La Vanguardia, que lo califica de decepcionante:

«El primer reproche que puede hacerse al informe del Banco de España es que apenas incide en dos cuestiones que afectan directamente al regulador: una es la razón por la que tardó tanto en actuar, cuando es sabido que hubo toques de atención ya en el 2006 especialmente sobre la delicada situación de algunas cajas, y la segunda es por qué, cuando finalmente tomó decisiones, no sólo pecó de superficial, sino que además lo hizo de forma que puede calificarse de dubitativa y poco profunda.«

Escribiendo en El País («El supervisor se explica«), Emilio Ontiveros apunta en la misma dirección:

«En diciembre de 2007, las actividades relacionadas con la construcción, el sector inmobiliario y la financiación para la adquisición de vivienda representaban el 62,5% del crédito total al sector privado. Fue esa acumulación de riesgos durante los siete años previos al contagio estadounidense la responsable de la gravedad diferencial de la crisis en nuestro país. El Banco de España disponía de la autoridad suficiente no sólo para advertir de esa acumulación, sino para evitarla.«

Con este precedente de fallos en la previsión, la supervisión y la regulación de los mecanismos de los mercados financiero e inmobiliario que condujeron a la crisis, no deja de sorprender que en un artículo Ciudad y Mercado«) en la misma edición de La Vanguardia, un influyente economista y profesor de escuela de negocios abogue por limitar la regulación en favor del mercado:

«Un mercado competitivo sin fricciones es una idealización de libro de texto que en la realidad se transforma en un mercado de competencia imperfecta y con fricciones […] La cuestión es cómo se debe orientar la política pública en estas circunstancias. La tentación puede ser la prohibición y la supresión de los mecanismos de mercado [… Pero] el bienestar de los habitantes de las ciudades estará mejor servido si la regulación en lugar de intentar suplantar al mercado lo acompaña alineando los incentivos privados con los sociales. Los instrumentos para hacerlo están disponibles en la caja de herramientas de los economistas.«

Si estas herramientas existen, ¿por qué los economistas, incluyendo los del Banco de España, no las utilizaron en su momento?

La ortodoxia nos quiere hacer creer que la Economía es una ciencia amoral, lo cual es discutible. Pero lo que resulta indiscutible es que los economistas y las instituciones en las que trabajan actúan, como todo el mundo, en función de principios morales, aunque no necesariamente alineados con el interés general. Cuando estos principios no son explícitos, nos manipulan con sus conclusiones.

Como cuando postulan que la regulación debe adaptarse al mercado, cuando lo moral sería lo opuesto.

El asunto de la relación entre la economía, los economistas y la moralidad da para más, pero será en otra ocasión. Así y todo, no me resisto a citar un artículo reciente en Newsweek:

«En la Harvard Business School no saben cómo enseñar ética tan bien como saben enseñar ingeniería financiera, y nunca sabrán.»

Pues eso.

https://medium.com/whither-news/our-problem-isnt-fake-news-our-problems-are-trust-and-manipulation-5bfbcd716440