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La inteligencia asombrosa es la natural

screen shot 2016-03-09 at 14Las máquinas, incluso máquinas baratas, ya son capaces de ganar sistemáticamente a cualquier humano al ajedrez. Hemos visto también como una máquina, no precisamente barata, ha ganado claramente a jugadores de Go de primer nivel. Es por tanto obligado pensar a fondo sobre el potencial, positivo y negativo, de la inteligencia artificial (o el ‘deep learning, como parece que se prefiere llamarle ahora).

«The people who say that artificial intelligence is not a problem tend to work in artificial intelligence.»

Nick Bostrom en The New Yorker

De todos modos, si los datos de la imagen son veraces, lo que me maravilla de verdad es que una persona sea capaz de plantar cara a un ejército de máquinas respaldado por un ejército de científicos y programadores, sin duda inteligentes.

Yendo más allá, creo que se puede decir que nadie entiende todavía por completo lo que es la inteligencia. Ni siquiera está claro que se trata de una única facultad (‘la inteligencia’) o de un variedad de ellas (‘inteligencias múltiples).

Supongo pues que sería razonable apostar a que los científicos y técnicos del equipo AlphaGo no son capaces de explicar en detalle, y menos aún reproducir en sus máquinas, la inteligencia que les hace capaces de programar esa máquina supuestamente inteligente. Lo cual no deja de ser, me parece a mí, una maravillosa paradoja.

Imagino una analogía. Paseando por el MOMA observamos a un pintor trabajando en una copia, de excelente calidad, de (digamos) ‘La Noche Estrellada‘ de Van Gogh. ¿Qué es lo que nos parecería más admirable?

La tecnología hace cada vez más necesaria la filosofía

160128 Blog

Detecto (no debo ser el único) un constante flujo creciente de noticias sobre los avances en robótica y en variantes de la inteligencia artificial. Muchas de ellas en la línea de destacar (y a menudo celebrar) la superioridad de las máquinas sobre los humanos.

Se nos informa, por ejemplo, de que los ingenieros de Google han conseguido programar una máquina que juega al Go a nivel más alto. Al informar sobre ello, el editor escribe que:

Aunque el logro técnico era digno de celebrarse, uno no podía evitar el consolar al pobre ser humano que estaba siendo superado.«

Roto 151228

Una frase como mínimo desafortunada, además de condescendiente. En línea con la tendencia, denunciada hace ya un tiempo por Jaron Lanier de ‘presentar a la gente como obsoleta para que los ordenadores parezcan más avanzados‘. Porque, aunque no tengo el gusto de conocerle, apuesto a que el campeón de Go que perdió cinco partidas consecutivas contra el ordenador de Google le da ciento y raya en varios centenares de conocimientos, capacidades, habilidades, relaciones y actividades disfrutables en las que ese ordenador en particular no tiene la más mínima capacidad de competir. Suponiendo, además, de que lo importante sea competir.

En un contexto menos sofisticado, uno de nuestros ilustres ilustrados-TIC inicia así una entrada en su blog:

«En una prueba más de la superioridad de la máquina sobre el hombre, Uber … «

No se trata de desliz, sino de un reflejo de su ideología, como prueba el párrafo final:

«Hasta aquí hemos llegado con la relatividad de las percepciones humanas. A partir de ahora, y mientras estemos aún obligados a que sea un imperfecto humano quien conduzca, dame lecturas de los sensores de una máquina. La tecnología siempre tiene la respuesta correcta.«

Lo que caracteriza a las ideologías, y a los sofistas que las proclaman, es que sus supuestos de base permanecen casi siempre ocultos. Y no por casualidad, sino porque las ideologías, incluso la tecnocrática que se está convirtiendo en dominante, sirven a intereses por lo general no generales (viñeta de El Roto en El País de 28/12/2015). Creo detectar dos de estos supuestos implícitos en la entrada de nuestro ilustrado-TIC:

  1. Que todo lo que se puede percibir se puede digitalizar.
  2. Que sea cual sea la pregunta, la tecnología (o quizá la ciencia) es la respuesta.

Creo que ambas son demostrablemente erróneas. Y a la vez un síntoma de la necesidad (urgente, porque los sofistan empujan), de retomar la filosofía. Porque:

«La misión de la filosofía es evitar el reduccionismo.»

J. M. Esquirol, «La resistencia íntima«.

y también

«Nada es únicamente como lo percibimos, sino infinitamente más.«

Markus Gabriel, «Por qué el mundo no existe«.

Tanto la ciencia como la filosofía enseñan (a quien quiera aprenderlo) la importancia de plantear las preguntas correctas. Las respuestas sólo son buenas en tanto que se refieren a buenas preguntas, y las que los tecnócratas se hacen no siempre lo son. Al arte y a la filosofía (los filósofos son artistas del lenguaje) corresponde hacerlas. Y al diseño crear buenas soluciones. Y al liderazgo conseguir ponerlas en práctica. Será cada vez más importante poner a cada cual en su sitio.

Crédito: Imagen adaptada de una conferencia de John Maeda.