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La singularidad es una religión

Leo por ahí que la idea de la singularidad, que incluye la predicción de que la evolución de la (mal llamada) inteligencia artificial superará y hará obsoletas las capacidades de la inteligencia humana, es una religión.

O sea, en último término, la consecuencia de un acto de fe: el de la capacidad de quienes la defienden de crear una tecnología que supere las facultades que hasta ahora considerábamos exclusivas de los humanos.

O, si se prefiere, una consecuencia del cientificismo, la ideología que sostiene que la ciencia es el único modo válido de entender el mundo y resolver problemas sociales.

Me parece razonable. De hecho, la confianza ilimitada de muchos en el poder de la ciencia y de la tecnología es también una creencia basada en un acto de fe. O, si se prefiere, no pasa de ser una hipótesis de trabajo. Puede parecer plausible, porque la ciencia y el método científico han generado respuestas a muchos retos teóricos y prácticos. Pero no es demostrable que sean aplicables a todos los retos presentes y futuros.

«Los seres humanos siembre han construido mitos colectivos, con el objetivo de cohesionar, controlar y dar un sentido a su experiencia compartida. Los mitos nos guían, nos inspiran y nos permiten vivir en un universo que en último término es incontrolable y misterioso. Pero también pueden cegarnos ante las necesidades reales urgentes. […] La religión de la tecnología es uno de esos mitos.»

(David Noble, «La religión de la tecnología«).

Desde siempre hay quienes han instrumentalizado las religiones como instrumentos de poder sobre la conciencia y los comportamientos de personas y sociedades. Lo cual obliga a preguntarse si la religión de la singularidad se basa en un acto de buena fe, o es simplemente un instrumento interesado para acumular riqueza y poder. Más aún cuando quienes con mayor entusiasmo defienden la idea de la singularidad (p.e. la Singularity University) son los mismos que promocionan empresas exponenciales cuyo éxito, por la misma idea de exponencialidad, es alcanzar posiciones de oligopilio en sus mercados.

Conclusión. No perdamos la fe en la ciencia, pero desconfiemos de los ‘ultras de la ciencia’. Uno de ellos escribía hace poco en El País que «la ciencia siempre acaba destruyendo las creencias«. Una afirmación muy radical que sin embargo no deja de ser una creencia sin base científica. 

Para acabar. En ocasión de su 150 aniversario, la prestigiosa revista científica Nature ha publicado algunas reflexiones muy interesantes sobre el presente y futuro de la ciencia. Las recomiendo (y tal vez las comente en el futuro).

 

La simplicidad es un buen principio

Mi esposa y yo estamos volviendo a ver «El Ala Oeste de la Casa Blanca«. ¿Por qué? Porque es mucho mejor que la mayor parte de lo que se puede ver por la tele estos días. Además, hace tiempo que tenía ganas de hacerlo con un bloc de notas a mano y tomar apuntes. Quizá para un taller de liderazgo, algún día (Borgen sería otra posibilidad).

Segunda temporadade la serie. Episodio «17 People». Encuentro en YouTube este fragmento sobre una trama secundaria.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=NXPLirJRGDQ&w=800&h=450]

Sam y Ainsley Hayes (una abogada republicana que forma parte del equipo) discuten sobre la Equal Rights Amendment, una propuesta de enmienda a la Constitución de los EEUU, cuyo primer artículo  rezaba así:

«La igualdad de derechos ante la ley no puede ser negada ni restringida por los Estados Unidos o por ningún Estado por motivos de sexo.«

Para sorpresa de Sam, Ainsley se opone a la enmienda, por considerarla redundante:

AINSLEY
The 14th Amendment which says a citizen of the United States is anyone that's
born here... that's me... and that no citizen can be denied due process. I'm
covered. Make a law for somebody else.

Más adelante,

SAM
If the Amendment's redundant, what's your problem if it's passed or not?

AINSLEY
Because I'm a Republican! Have we met? I believe that every time the federal
government hands down a new law, it leaves for the rest of us a little less freedom. So
I say, let's just stick to the ones we absolutely need to have water come out of
the faucet and our cars not stolen. That is my problem with passing a redundant law.

Todo ello viene a cuento de una entrada anterior sobre la (¿excesiva?) complejidad de la regulación, en general. Y de constatar que existe en España una Ley Orgánica (3/2007) para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, cuyos 78 artículos ocupan 35 densas páginas a dos columnas en el BOE.

¿Redundante? Pienso que Ainsley Hayes nos remitiría al artículo 14 de la Constitución española:

Artículo 14Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo,religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Cierro convencido de que la simplicidad bien aplicada, también a la regulación, es siempre un objetivo y un buen principio.

Un principio que sería útil tomar en cuenta a la hora de regular lo relativo a la innovación disruptiva y las tecnologías exponenciales. Este artículo («Exponential growth devours and corrupts«) propone algunos principios simples, pero no demasiado simples. Tema para próximas entradas.

La exponencialidad no es una causa, sino una consecuencia

“Idea TFP” is defined as the ratio of the output of ideas to the inputs used to make them.

Es cada vez más habitual que se nos presente la evolución exponencial de las tecnologías poco menos que como resultado de una ley natural e incontestable. Algunos creen en ella, o así lo aparentan, con una fe poco distinta de la religiosa. Otros intentan construir una teoría integrada de la tecnología, presentándola como una fuerza sobrenatural a la que la condición humana y la sociedad tienen la obligación de acomodarse.

A este respecto, los estudios sobre la interacción entre tecnología y sociedad han puesto repetidamente de manifiesto la falacia ideológica inherente a considerar tecnología y sociedad como dos entidades independientes. De hecho, es posible argumentar de forma plausible que el desencadenante de la Revolución Industrial no fue tanto el desarrollo tecnológico como la adopción de la ideología del capitalismo de mercado.  El modo en que las tecnologías se desarrollaron en los laboratorios e implantaron en la sociedad estuvo (y está) directamente influido por el impulso de inversores, que cada vez en mayor proporción son inversores corporativos, representantes de grandes capitales.

Por eso me parece interesante reseñar un estudio de investigadores de Stanford (.pdf) que argumenta que la productividad en la producción de ideas lleva décadas disminuyendo de forma notoria; el ritmo de crecimiento de la tecnologia se mantiene o aumenta como consecuencia de multiplicar los esfuerzos en I+D:

«Exponential growth results from the large increases in research effort that offset its declining productivity.«

Si estos investigadores han hecho bien su trabajo, cuando nos hablen de la evolución exponencial de las tecnologías tendremos que tener en mente que es una consecuencia de un impulso inversor creciente. «Follow the Money«. Al considerar el impacto en la sociedad de las tecnologías exponenciales  hemos de pensar en qué tipo de impacto persiguen quienes invierten en ellas. Podría continuar, pero ahí lo dejo por ahora.