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Hemos de dar más valor a lo humano

Entiendo esta viñeta de El Roto en El País como una llamada a clarificar nuestros valores en la mirada al triple terreno de la tecnología, el progreso y la esencia de la naturaleza humana.

Una llamada de atención que propician titulares como éste: «Science Has Outgrown the Human Mind and Its Limited Capacities«. (La ciencia sobrepasa la mente humana y sus capacidades limitadas).

El punto de partida del articulista es que «la ciencia está en medio de una crisis de datos» y que «una estrategia prometedora es integrar máquinas e inteligencia artificial en el proceso científico», porque «las máquinas tienen más memoria y una capacidad de computación mayor que el cerebro humano.»

Sin embargo, no es para nada evidente que la memoria y la capacidad de computación sean imprescindibles para la ciencia. Como mínimo para que la Wikipedia define como «una actividad sistemática que genera y organiza el conocimiento en forma de explicaciones verificables y predicciones sobre el universo». (Un contraejemplo en una próxima entrada).

A lo que tal vez apunta el articulista es que el volumen de la producción de los científicos (o de quienes se autocalifican como científicos) ha crecido más allá de la capacidad de lectura, de asimilación y de comprensión de un individuo. Pero pudiera ser que la crisis a la que se refiere no sea consecuencia de un exceso de datos sino de una mala selección de buenas preguntas.

Sabemos que situaciones de este tipo se dan en otros ámbitos.

  • En el ámbito del Big Data, por ejemplo, se evidencia que es cada vez más importante saber qué preguntar y para qué.
  • Los medios generan un exceso de informaciones, algunas de las cuales no deberían ser noticias y otras no tendrían por qué interesarnos. Lo razonable no es intentar procesarlas todas, con o sin ayudas de inteligencia artificial. Lo sano y sensato es tener una conciencia clara de la naturaleza de las informaciones que debemos estar abiertos a sintonizar y de aquellas de las que es mejor ignorar incluso la existencia. Lo cual, corregido y aumentado, se aplica también a las redes sociales.

Por contra, por citar sólo un ejemplo, la publicación de Einstein en 1905 sobre la teoría de la relatividad no hace referencia a ningún dato experimental. No hacía falta, porque la base su investigación no era analizar datos, sino plantearse buenas preguntas. Sobre las que trabajó, dicho sea de paso, recurriendo a la creatividad y no a la computación.

No dejemos que nos engañen. La tecnología, incluyendo la inteligencia artificial y los robots, sólo proporciona respuestas. Sin desvelar a menudo la ‘pregunta poderosa(¿Para Qué?) a la que responde su existencia. Creo que está en la esencia del ser humano la capacidad y la responsabilidad de formular preguntas pertinentes. Por eso me irrita y a la vez preocupa constatar los esfuerzos cada vez más visibles de quienes se esfuerzan en menospreciar las capacidades de los humanos para (sobre)vender mejor las prestaciones de sus artefactos. No deberíamos perder esta batalla.

 

Paro juvenil y abandono escolar

161124 Abandono EscolarEn un artículo en la Vanguardia, el economista Miquel Puig sostiene que:

  • En España no tenemos un problema específico de paro juvenil, sino un problema generalizado de paro, una de cuyas consecuencias es la tasa de paro juvenil.
  • Que el paro juvenil no tiene casi nada que ver con nuestro sistema educativo, porque «nuestros resultados en las pruebas PISA son mejores que los de Suecia, Islandia o Noruega, países que sólo han experimentado el paro en situaciones excepcionales«.

Con el debido respecto al Sr. Puig, parece una manifestación más propia de un tertuliano que de un economista, incluso teniendo en cuenta que la economía no se distingue precisamente por ser una ciencia exacta. Antes de sacar conclusiones apresuradas valdría la pena tener presente:

  • Que la tasa de paro juvenil (48,7% según los últimos datos del INE) es considerablemente mayor que la que registran otros grupos de edad (18,8% entre los 25 y 55 años, 17,8% entre los mayores de 55 años).
  • Que la tasa de abandono escolar en España (que es todavía del 20%, pese a haber disminuido a partir de la crisis), es de las más altas de Europa, duplicando la media Europea.

Parece también añadir al análisis la conclusión a la que apunta el Sr. Puig, que apunta a un modelo productivo «que tiene la peculiaridad de ocupar el triple de jóvenes poco cualificados que cualquier país al norte de los Pirineos«.  Lo que parece plantearse así es un problema sistémico, con más de una causa y sin soluciones simples. Recuerdo a este respecto de admonición de Einstein:

«Debería hacerse que todo fuera lo más sencillo posible, pero no más sencillo.»