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A problemas complejos, algo más que narrativas

Me parece relevante que la OCDE haya publicado un documento sobre el diseño de políticas sobre asuntos complejos. Después de una lectura rápida, destacaré sólo dos de los temas que trata.

Los límites del pensamiento económico tradicional

Traduzco de la introducción:

«Los economistas y los políticos no han sabido reconocer la complejidad del comportamiento humano y de los sistemas en los que vivimos […] como los ecosistema, los mercados financieros, los mercados de la energía y otros fenómenos sociales como la urbanización y la migración.

[…] En economía todavía hablamos de flujos, masas, equilibrio y similares. Pero estos términos tienen su raíz en la física clásica, desarrollada antes de la relatividad y la teoría cuántica. Las nuevas ciencias de la complejidad pueden proporcionar ideas sobre cómo los grupos de personas se comportan realmente cuando actúan juntos para formar sistemas económicos y sociopolíticos. Estos sistemas no operan simplemente como una serie de acciones y reacciones, sino con retroalimentación, no linealidad, puntos de inflexión, singularidades, aparición y todas las demás características de sistemas complejos.«

Una excursión por la Física y las Ciencias de la complejidad nos llevaría ahora mismo demasiado lejos. (Ver, sin embargo, «El Liderazgo y La Nueva Ciencia» para una introducción estimulante). Pero ya era hora de que un organismo como la OCDE reconozca los límites de la ortodoxia económica de la cual ha sido un conspicuo representante.

Hacen falta nuevas narrativas

Una de las contribuciones destacables de esta publicación es la de Eric Beinhocker, autor un libro interesante y provocador («The Origin of Wealth: The Radical Remaking of Economics and What It Means for Business and Society«) y de propuestas para redefinir el capitalismo. Traduzco también párrafos de su contribución al documento:

«La Economía se autodefine como una ciencia amoral, pero los humanos somos criaturas morales. Debemos traer la moral al centro de la Economía para que la gente confíe en ella […] Para ello serán necesarias narrativas, imágenes y memes que cambien el modo de pensar de los medios y de la gente.«

Me parece también destacable que añada a dos propuestas de narrativas más bien convencionales (sobre el crecimiento y sobre la inclusión) dos más ambiciosas: sobre un nuevo contrato social y sobre un nuevo idealismo.

Harán falta además nuevas instituciones

Pienso, sin embargo, que hará falta algo más que nuevas narrativas.

El último Edelman Trust Barometer confirma, por si no lo supiéramos, que ya es mayoría (y sigue creciendo) el porcentaje de la población que desconfía de las instituciones. En este contexto,

  • ¿Quién asumirá la responsabilidad de crear y proponer esas nuevas narrativas?
  • ¿Quién participará en su elaboración? ¿Cómo se les atraerá a hacerlo?
  • ¿Quién estará en condiciones de hacer suya la responsabilidad de llevarlas a la práctica?

Aún admitiendo la posibilidad de que algunas instituciones puedan transformarse para ganarse la confianza de la sociedad, harán falta nuevas instituciones. Será cuestión de aprender a crearlas.