No importa la media, sino mediar entre extremos
Esta gráfica de Statista ilustra la mar de bien un fenómeno bien conocido y demasiado a menudo ignorado. Cuando la dispersión es muy amplia, las medias aritméticas son muy poco o nada indicativas. Lo relevante de los datos del diagrama no es que sólo el 52% de los estadounidenses confíe en los medios de comunicación, o que sólo el 37% lo haga en su actual Presidente. Lo de verdad relevante es la polarización del público en dos segmentos con ‘mapas mentales‘ radicalmente distintos. Tan distintos que cuesta más imaginar un diálogo constructivo que una batalla entre ellos.
De otra parte, ante este panorama, al igual que en tantos otros de posicionamientos extremos, es más que probable que los términos medios de muchos independientes tengan muy poco o nulo recorrido.
A menos que los independientes se atrevan a ser radicalmente moderados. La moderación necesaria no es la de quienes rehuyen comprometerse, sino la de los radicalmente opuestos a que se les ofrezca como única opción escoger entre blanco y negro. Porque siempre hay más posiblidades. Pero hace falta la valentía de explorarlas. Los radicalmente moderados han de ser más valientes que los que se encasillan en una opción extrema y se cierran al diálogo.
Me viene a la mente una cita de Martin Luther King: «El poder sin amor es imprudente y abusivo, pero el amor sin poder es sentimental y anémico». Hay mucho más recorrido del que ahora se utiliza para oponer la fuerza de la razón a la razón de la fuerza.
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